Aunque los condones se han utilizado durante siglos, no fue hasta la década de 1980 que se desarrolló una alternativa para las mujeres: el condón femenino.
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Esta innovación representó un hito importante en el campo de la salud y los derechos sexuales de las mujeres; ya que antes de la llegada del condón femenino, las opciones disponibles para las mujeres eran muy limitadas.
Algunas de las alternativas que utilizaban antes las mujeres para cuidar su salud sexual incluían:
Esponjas y diafragmas. Estos métodos anticonceptivos de barrera requieren la inserción manual en la vagina, lo que proporciona cierta protección pero depende de la cooperación de la pareja.
Lavado vaginal. Algunas mujeres han intentado “enjuagar” el semen después del sexo con una solución de agua o vinagre. Esto no es efectivo y puede causar irritación.
Hierbas y complementos nutricionales que “tienen efectos abortivos”. Existen remedios caseros para interrumpir el embarazo, pero son muy peligrosos y muchas veces ineficaces.
Abstinencia. La única forma “segura” es evitar el sexo por completo, lo que claramente limitaba la libertad y autonomía sexual de las mujeres.
Consideraciones finales
La invención del condón femenino no solamente brindó a las mujeres más opciones en lo que respecta a su salud sexual, sino que también fue un paso importante hacia el empoderamiento y la igualdad de género.
Hoy en día, el condón femenino sigue siendo una alternativa importante, especialmente en comunidades donde el acceso a otros métodos anticonceptivos es limitado.
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