¿Qué significa ser una persona cisgénero? Te explicamos todo al respecto

El término «cisgénero» se refiere a aquellas personas cuya identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer. El prefijo «cis» proviene del latín y significa «de este lado», en contraste con «trans», que significa «del otro lado». Así, mientras una persona cisgénero se identifica con el género que le fue asignado al nacer, una persona transgénero siente una incongruencia entre su identidad de género y su sexo asignado.

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El concepto de cisgénero fue acuñado en la década de los 90 para crear un término que describiera a las personas no trans y, de esta manera, hacer visible la diversidad de experiencias de género. Anteriormente, la experiencia cisgénero era considerada la norma implícita, lo cual invisibilizaba la existencia de identidades trans y otros matices de género.

Al entender y utilizar estos términos correctamente, promovemos una sociedad más inclusiva y respetuosa. La diferenciación entre cisgénero y transgénero no busca establecer jerarquías, sino reconocer y validar la diversidad de experiencias de género. En un mundo en que el respeto a la identidad personal se vuelve cada vez más importante, utilizar el término cisgénero ayuda a visibilizar experiencias distintas que merecen igual reconocimiento y respeto.

En este contexto, es crucial comprender que la identidad de género es una construcción compleja que involucra diversos factores biológicos, psicológicos y sociales. No es simplemente una cuestión de biología, sino de cómo las personas se perciben a sí mismas y quieren ser percibidas por los demás. Reconocer los matices entre ser cisgénero y transgénero, y otros términos relacionados, fomenta un espacio de diálogo y entendimiento donde todas las identidades pueden tener un lugar válido y respetado.

Las experiencias y vivencias de las personas cisgénero

La vida cotidiana de una persona cisgénero se caracteriza, en gran parte, por una alineación entre el género asignado al nacer y su identidad de género. Esta congruencia suele traer consigo una serie de privilegios y ventajas sociales que, a menudo, pasan desapercibidos. Al no tener que cuestionar su género, las personas cisgénero pueden navegar por sociedades estructuradas alrededor de esta coherencia sin enfrentar las barreras y discriminaciones sistemáticas que otros, como las personas transgénero, deben superar diariamente.

Comparando experiencias, las personas cisgénero no suelen enfrentar los mismos desafíos que afectan a las personas transgénero. Mientras que las personas trans a menudo encuentran obstáculos significativos al buscar reconocimiento, apoyo médico y aceptación social, las personas cisgénero generalmente reciben aceptación predeterminada de sus identidades. Este privilegio no se limita solo a la aceptación social; se extiende también al acceso a servicios de salud, espacios públicos e incluso a la integridad personal y seguridad.

En muchas culturas, esta experiencia de vivir como cisgénero se manifiesta en normativas y prácticas sociales que refuerzan la binariedad de género. Los entornos tradicionales suelen no cuestionar la alineación entre género asignado al nacer e identidad de género, brindando así un marco de referencia y validación constante para las identidades cisgénero. Sin embargo, tales normas culturales pueden variar drásticamente. En algunas sociedades más liberales o inclusivas, las experiencias de género pueden ofrecer una gama más amplia de expresiones y aceptaciones.

Aun así, es esencial reconocer que estas experiencias no son universales. Los factores como la cultura, la herencia social y los contextos geopoliticos pueden influir significativamente en la vivencia de una persona cisgénero. Dependiendo del entorno social, las dinámicas y expectativas alrededor del género pueden diferir notablemente, aunque la ventaja de no cuestionar la propia identidad de género siga siendo una constante dominante y favorecedora en la mayoría de los contextos.

Impacto social y cultural de las identidades cisgénero

La identidad cisgénero, que se refiere a aquellas personas cuya identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer, ha jugado un papel central en la construcción social del género y sus roles. Esta normatividad cisgénero ha moldeado tanto las expectativas personales como las instituciones sociales más amplias, influyendo significativamente en la legislación, la educación y los medios de comunicación.

En el ámbito legislativo, muchas leyes y políticas están diseñadas con la presunción de que la identidad de género de una persona es inmutable y se alinea con el sexo asignado al nacer. Este enfoque puede resultar en la exclusión o discriminación de personas transgénero y no binarias, quienes no se ajustan a esta norma cisgénero. La falta de reconocimiento legal y protección puede llevar a desafíos significativos para estas comunidades en términos de acceso a servicios básicos, salud y justicia.

En el sistema educativo, las normas cisgénero también están profundamente arraigadas. Los currículos escolares a menudo reproducen estereotipos de género, lo que puede limitar las expectativas y oportunidades para todos los estudiantes, independientemente de su identidad de género. Asimismo, la falta de educación inclusiva sobre diversidad de género contribuye a la perpetuación de la cisnormatividad y la discriminación.

Los medios de comunicación juegan un rol crucial en la formación de percepciones sociales. La representación mediática predominantemente cisgénero refuerza continuamente la idea de que solo existen dos géneros alineados con el sexo asignado al nacer. Esto no solo invisibiliza las experiencias de personas transgénero y no binarias, sino que también perpetúa estereotipos dañinos. La falta de representación diversa dificulta el desarrollo de una comprensión más compleja y rica sobre el género.

El concepto de ‘cisnormatividad’ se refiere al supuesto generalizado de que todos son cisgénero, lo que resulta en una serie de expectativas y normativas que marginan a quienes no prescriben a esta identidad. Esta dinámica puede tener serias consecuencias, incluidas disparidades en salud mental, mayor riesgo de violencia y exclusión social para las personas transgénero y no binarias. Comprender y desafiar la cisnormatividad es esencial para avanzar hacia una sociedad más inclusiva y equitativa.

Conclusión: La importancia del reconocimiento y la comprensión

La comprensión de términos como «cisgénero» y «transgénero» es fundamental para construir una sociedad más inclusiva y equitativa. Conocer y respetar las diversas identidades de género no solo fomenta un entorno más respetuoso, sino que también enriquece nuestra convivencia al reconocer la diversidad humana en todas sus formas. La educación y la sensibilización sobre estas cuestiones son herramientas cruciales para combatir la discriminación y la ignorancia.

En términos prácticos, promover el respeto y la igualdad de género puede empezar por la autoeducación y el cuestionamiento de nuestros propios prejuicios. Dedicar tiempo a leer y aprender sobre experiencias de personas cisgénero y transgénero puede abrirnos a una comprensión más sólida y empática. En el ámbito personal, usar correctamente los pronombres y nombres preferidos por cada persona es un gesto sencillo pero poderoso que muestra nuestro respeto.

Para saber más sobre qué es una persona cisgénero te recomendamos este video de Dani Díaz.

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