Ejercicio y menstruación: mitos y beneficios

La relación entre el ejercicio físico y la menstruación es un tema que ha suscitado diversas opiniones y mitos a lo largo del tiempo. Por un lado, algunas personas creen que la práctica de ejercicio durante el ciclo menstrual puede resultar perjudicial, mientras que otras argumentan que la actividad física puede ser beneficiosa. Estas creencias erróneas han generado incertidumbre entre las mujeres respecto a la conveniencia de llevar a cabo ejercicio durante esos días. Es fundamental abordar y desmitificar estos mitos para ofrecer una perspectiva clara y basada en evidencia sobre cómo el ejercicio puede influir en la salud menstrual.

La menstruación es un proceso natural en la vida de las mujeres, y la actividad física debería ser considerada como una parte integral y positiva de su bienestar. Estudios recientes sugieren que el ejercicio puede, de hecho, aliviar síntomas relacionados con la menstruación, como cólicos y cambios de humor. Es esencial que se promueva una comprensión más profunda de cómo los diferentes tipos de ejercicio, desde actividades suaves como el yoga hasta rutinas más intensas, pueden adaptarse a las necesidades del cuerpo durante el ciclo menstrual.

El propósito de este artículo es informar a las lectoras sobre los beneficios del ejercicio mientras se tiene la menstruación, así como proporcionar datos que ayuden a disipar los mitos más comunes. Este enfoque no solo empodera a las mujeres a que realicen ejercicio, sino que también promueve la aceptación y una actitud más saludable hacia su ciclo menstrual. Al final, entender que el ejercicio y menstruación pueden coexistir armónicamente es esencial para fomentar un estilo de vida activo y saludable durante todas las etapas del ciclo reproductivo femenino.

Mitos sobre el ejercicio durante la menstruación

El tema del ejercicio físico durante la menstruación ha sido rodeado de numerosos mitos y creencias erróneas que pueden desincentivar a las mujeres a mantener su rutina de ejercicio en esos días. Uno de los mitos más comunes es que las mujeres deben evitar hacer ejercicio físico durante su ciclo menstrual, ya que tradicionalmente se ha creído que esta actividad podría agravar los síntomas de malestar o dolor. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que el ejercicio puede, en muchos casos, aliviar los cólicos y mejorar el estado de ánimo.

Otro mito persistente es la idea de que practicar deporte durante la menstruación puede aumentar el flujo menstrual. Esta afirmación carece de fundamento científico, ya que, si bien el ejercicio puede influir temporalmente en el ciclo menstrual, no se ha comprobado que cause un aumento significativo o perjudicial en el flujo. Al contrario, la actividad física moderada puede ayudar a regular el ciclo y a disminuir la intensidad de los síntomas asociados a la menstruación.

Además, algunas creen que el ejercicio intenso debería evitarse por completo durante estos días, ya que se puede considerar perjudicial para la salud. Sin embargo, se recomienda que las mujeres escuchen a sus cuerpos y ajusten su nivel de actividad según cómo se sientan. Muchas atletas de élite afirman que continúan sus entrenamientos regulares sin experimentar problemas. La clave está en optar por ejercicios que se alineen con el bienestar personal, como yoga, pilates o caminatas suaves, los cuales pueden ser beneficiosos durante esta etapa del ciclo.

Beneficios del ejercicio durante la menstruación

La relación entre ejercicio y menstruación ha sido objeto de estudio y discusión durante años. Realizar ejercicio físico durante el ciclo menstrual puede ofrecer numerosos beneficios que a menudo no se reconocen. En primer lugar, el ejercicio regular puede ser una herramienta eficaz para aliviar los síntomas del síndrome premenstrual (SPM), que afecta a muchas mujeres. La actividad física aumenta la producción de endorfinas, conocidas como las «hormonas de la felicidad», que pueden ayudar a reducir la irritabilidad, la ansiedad y la depresión asociadas con el SPM.

Además, el ejercicio puede contribuir a disminuir el dolor menstrual. Practicar actividades suaves, como yoga o caminar, puede relajar los músculos del abdomen y aumentar el flujo sanguíneo, lo que a su vez puede reducir la intensidad del dolor. Algunas mujeres han encontrado que ejercicios más rigurosos, como correr o nadar, también pueden ayudar a mitigar los calambres menstruales, proporcionando un efecto analgésico natural. Este enfoque puede variar de una persona a otra, por lo que es fundamental escuchar al cuerpo y adaptar la rutina de ejercicios según las necesidades individuales.

El estado de ánimo también puede beneficiarse considerablemente del ejercicio durante la menstruación. La práctica regular de actividad física ayuda a liberar tensiones y genera una sensación general de bienestar. Esto es especialmente importante en este periodo, donde muchas mujeres pueden sentirse más fatigadas o emocionalmente inestables. Asimismo, mantener un régimen de ejercicios puede contribuir a un mejor control del peso y promover la salud a largo plazo, beneficiando así al bienestar general de la mujer. Es recomendable optar por ejercicios de bajo impacto durante los días de mayor flujo, como caminar, realizar estiramientos o practicar clases de yoga, para mantener la actividad sin agotarse demasiado.

Conclusión

En este artículo, hemos analizado la relación entre el ejercicio físico y la menstruación, desmitificando varias creencias populares que rodean este tema. Algunas mujeres temen que la actividad física exacerbe el dolor menstrual o que realice un impacto negativo en su salud durante el ciclo. Sin embargo, diversas investigaciones han mostrado que el ejercicio puede, de hecho, ofrecer beneficios significativos, como la reducción de los síntomas del síndrome premenstrual y la mejora del estado de ánimo general. Adaptar las rutinas de ejercicio durante la menstruación puede ayudar a cada mujer a sentirse más cómoda y en control de su bienestar.

Es fundamental escuchar a nuestro cuerpo y ajustar la intensidad del ejercicio según las necesidades individuales. En lugar de evitar la actividad física durante estos días, muchas pueden encontrar que una práctica suave o moderada es reconstituyente y revitalizante. La clave es encontrar la balance entre la comodidad y la actividad, valorando lo que cada uno necesita en diferentes momentos de su ciclo. Además, es esencial eliminar los tabúes que todavía existen sobre la menstruación y el ejercicio, para fomentar una cultura de salud que promueva la integración del movimiento, la menstruación, y el bienestar femenino.

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