En el contexto de las experiencias de personas transgénero y no binarias, el término ‘deadname’ se refiere al nombre de nacimiento o al nombre anterior que una persona ha dejado de utilizar tras su transición. Este nombre de nacimiento no solo es un vestigio del pasado, sino que también puede representar un periodo de sufrimiento, falta de identidad y disforia de género. Para las personas trans y no binarias, adoptar un nuevo nombre es un paso vital en el proceso de afirmación de su identidad propia y en la construcción de una vida conforme a su verdadero yo.
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Es crucial entender la relevancia de respetar el nombre elegido por una persona transgénero o no binaria. Usar incorrectamente su deadname puede generarles un profundo malestar emocional y psicológico. Esta práctica, que puede parecer inofensiva o accidental desde una perspectiva externa, trae consigo una carga de invalidación y puede actuar como un recordatorio persistente de un periodo de la vida que intentan dejar atrás. El uso deliberado de un deadname puede incluso considerarse un acto de transfobia, reflejando una falta de respeto y reconocimiento hacia la identidad de género de la persona afectada.
Además del impacto emocional, el uso indebido de deadnames también puede tener repercusiones sociales y laborales para las personas trans y no binarias. En entornos profesionales, educativos o sociales, llamarlas por su deadname puede exponerlas innecesariamente y poner en duda su identidad de género autentificada. En consecuencia, quien sea testigo o informante debe asumir la responsabilidad de respetar y promover el uso de los nombres elegidos, contribuyendo a un entorno inclusivo y respetuoso para todxs.
En resumen, los deadnames son más que simples apodos antiguos; son puntos dolorosos que la comunidad trans y no binaria desea dejar atrás. Reconocer y respetar los nombres elegidos es una muestra de empatía y entendimiento, así como un paso esencial para fomentar la inclusión y el respeto por las diversas identidades de género.
Los deadnames, conocidos en español como «nombres muertos», son los nombres de nacimiento que una persona trans o no binaria puede haber dejado atrás tras su transición de género. Este cambio de nombre forma parte esencial de su proceso de autoidentificación y autenticidad personal. La adopción de un nuevo nombre refleja su identidad de género y es una expresión de respeto hacia su verdadero yo. Las características de los deadnames y el contexto en el que existen giran en torno a la identidad y el bienestar de quienes han optado por cambiarse el nombre, alejándose de una identidad percibida como incorrecta.
Comprender la razón detrás de este cambio ayuda a reconocer su importancia. En muchos casos, el nombre de nacimiento está profundamente asociado con una identidad de género asignada al nacer y con experiencias de transfobia y conflicto interno. A medida que las personas trans o no binarias avanzan en su transición, adoptan nombres que resuenen con sus identidades auténticas. Este acto de renombramiento es un paso integral para su salud mental y su bienestar general, proporcionando un alivio significativo al disolver la disonancia entre su género sentido y sus identificadores públicos.
Experiencias comunes muestran cómo los deadnames pueden ser recordatorios dolorosos de un pasado que no representa a la persona actual. Por ejemplo, a lo largo de sus interacciones diarias, muchas personas trans y no binarias encuentran que ser llamadas por su deadname puede causar angustia emocional y desorientación. Así, el uso insistente de un deadname por terceros puede ser percibido como irrespetuoso e invalidante, marginando a la persona y minando su identidad.
Impacto del uso inapropiado de los deadnames
Utilizar deadnames, es decir, los nombres anteriores de una persona trans o no binaria que ya no corresponden a su identidad de género, puede tener efectos profundamente negativos en su bienestar emocional y psicológico. Esta práctica no solo genera estrés y ansiedad, sino que también puede intensificar la disforia de género, dificultando todavía más el proceso de afirmación de la identidad personal. Las personas trans y no binarias reportan que el uso de deadnames, especialmente en entornos profesionales y sociales, a menudo les hace sentir invisibles y desvalorizadas.
Según estudios recientes, el 72 por ciento de las personas trans que han sido llamadas por su deadname experimentaron un aumento significativo en sus niveles de ansiedad y malestar. Este uso inapropiado también puede afectar el rendimiento laboral y académico, ya que las personas involucradas suelen enfrentar dificultades adicionales para concentrarse y sentirse seguras en estos ambientes. Testimonios personales ilustran cómo esta continua confrontación con su pasado puede perpetuar formas de discriminación y marginalización, exacerbando sentimientos de exclusión y rechazo.
En contextos familiares, el uso de deadnames puede erosionar la confianza y dañar las relaciones interpersonales. Cuando los familiares insisten en usar un deadname, a menudo es percibido como una falta de respeto y un rechazo a la identidad genuina de la persona trans o no binaria. Esto a su vez puede llevar a conflictos significativos y causar distanciamiento entre los miembros de la familia.
Los entornos sociales no son inmunes a estos efectos. En espacios públicos o círculos de amistad, revelar o usar un deadname puede poner a la persona en riesgo de sufrir burlas o actos de transfobia, incrementando el sentimiento de inseguridad. Las plataformas digitales y medios de comunicación también pueden perpetuar estos problemas cuando no respetan las identidades de las personas trans y no binarias, contribuyendo así a un ambiente general de intolerancia y exclusión.
En suma, el uso inapropiado de deadnames perpetúa un ciclo de discriminación y daño emocional. Testimonios y estudios reflejan que esta práctica no solo es una invasión a la privacidad e identidad de las personas trans y no binarias, sino que también socava sus derechos básicos a ser reconocidos y respetados en su identidad auténtica.
¿Por qué es esencial respetar los nombres elegidos?
El respeto hacia los nombres y pronombres elegidos por las personas trans y no binarias es fundamental en la lucha contra la transfobia. El uso de deadnames, es decir, nombres anteriores de una persona trans, no solo es irrespetuoso, sino que también puede causar daño emocional y psicológico. Cuando se respetan los nombres y pronombres elegidos, se reconoce y valida la identidad de género, lo cual es crucial en la construcción de una sociedad inclusiva y respetuosa.
Para evitar el uso de deadnames, es esencial seguir algunas recomendaciones y mejores prácticas. Primero, si no estamos seguros del nombre o pronombre correcto de una persona, podemos preguntar de manera respetuosa. En caso de cometer un error, es importante corregirse de inmediato y continuar con la conversación. Pedir disculpas brevemente y seguir adelante sin dar demasiada atención al error ayuda a mantener el enfoque en la persona y no en la equivocación.
El apoyo a las personas trans y no binarias no debe limitarse al ámbito social, sino que se extiende también al entorno laboral. Asegurar la inclusión en el lugar de trabajo implica, por ejemplo, actualizar documentos y sistemas para reflejar los nombres elegidos y proporcionar formación sobre diversidad y respeto a todos los empleados. Las organizaciones pueden jugar un papel clave en la promoción de un ambiente laboral donde todas las identidades de género sean respetadas y valoradas.
La educación y la concienciación son esenciales para fomentar la inclusión. Programas educativos que aborden temas de género y diversidad ayudan a desmitificar conceptos erróneos y a reducir la discriminación. Fomentar conversaciones abiertas y brindar recursos educativos a la comunidad contribuye a una mayor comprensión y aceptación de las personas trans y no binarias.
A través de acciones concretas y un compromiso constante con el respeto y la inclusión, podemos contribuir a crear un entorno más seguro y acogedor para todas las personas, independientemente de su identidad de género. Este esfuerzo colectivo no solo beneficia a las personas trans, sino que enriquece a la sociedad en su conjunto, promoviendo valores de igualdad, respeto y diversidad.
Para conocer más sobre los deadnames te recomendamos este video de Una Q podcast.
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